Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA NATURAL Y MORAL DE LAS INDIAS



Comentario

CAPÍTULO X


De un extraño modo de idolatría que usaron los mexicanos



Como dijimos que los reyes ingas del Pirú, substituyeron ciertas estatuas de piedra hechas a su semejanza, que les llamaban sus guaoiquies o hermanos, y les hacían dar la misma veneración que a ellos, así los mexicanos lo usaron con sus dioses, pero pasaron éstos mucho más adelante, porque hacían dioses de hombres vivos, y era en esta manera: Tomaban un cautivo, el que mejor les parecía, y antes de sacrificarle a sus ídolos, poníanle el nombre del mismo ídolo a quien había de ser sacrificado, y vestíanle y adornábanle del mismo ornato que a su ídolo, y decían que representaba al mismo ídolo. Y por todo el tiempo que duraba esta representación, que en unas fiestas era de un año y en otras era de seis meses, y en otras menos, de la misma manera la veneraban y adoraban que al proprio ídolo, y comía, y bebía y holgaba. Y cuando iba por las calles, salía la gente a adorarle, y todos le ofrecían mucha limosna, y llevábanle los niños y los enfermos para que los sanase y bendijese, y en todo le dejaban hacer su voluntad, salvo que porque no se huyese, le acompañaban siempre diez o doce hombres, adonde quiera que iba. Y él, para que le hiciesen reverencia por donde pasaba, tocaba de cuando a cuando un cañutillo, con que se apercibía la gente para adorarle. Cuando estaba de sazón y bien gordo, llegaba la fiesta, le abrían y mataban, comían haciendo solemne sacrificio de él. Cierto pone lástima ver de la manera que Satanás estaba apoderado de esta gente, y lo está hoy día de muchas, haciendo semejantes potajes y embustes a costa de las tristes almas y miserables cuerpos que le ofrecen, quedándose él riendo de la burla tan pesada que les hace a los desventurados, mereciendo sus pecados que les deje al altísimo Dios en poder de su enemigo, a quien escogieron por dios y amparo suyo. Mas pues se ha dicho lo que basta de las idolatrías de los indios, síguese que tratemos del modo de religión, o superstición, por mejor decir, que usan de sus ritos. De sus sacrificios, de templos y ceremonias, y lo demás que a esto toca.